carnavalescos faisanes;
se escondían entre las terrazas
los arcos y monasterios.
Rehuian del frio y del fiel abrazo,
como los besos funanbulistas
tan poco fanáticos del deseo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Al igual que la muerte la poesía es un acto tan personalísimo que solo comparecerá ante la suya uno mismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario